Aprende a crear tu propio Tablero de visión
Qué dice la ciencia comportamental al respecto, para qué sirve, para qué no, y por qué esta actividad no es solo una diversión, sino una poderosísima herramienta de transformación personal
Algo mágico se enciende en la cara de una clienta cuando la la guío en la creación mental de su vida perfecta.
Una vida tan grande como la que sea capaz de imaginar.
En esa vida, una ha conseguido todo aquello que tiene en mente: los deseos que se había atrevido a formular en alto, pero también todos aquellos que nunca quiso compartir con alguien.
Hay tantas cosas que no queremos compartir con nadie, tantos sueños que mueren mucho antes de salir de nuestra boca.
Pero imagina que pudiésemos quitarle el caparazón a tu cerebro y fotografiar lo que hay dentro: asomarnos al precipicio de tu mente y pasearnos por los altos muros de tu universo de posibilidades.
De poder elegir, ¿quién serías?
¿Qué aspecto tendría tu vida si todos los objetivos que una vez te atreviste a formular se materializasen?
Nótese que no dije se manifestasen: no vengo a preguntarte qué ocurriría si un hada mágica te visitase en la noche y te concediera tus deseos, porque mi experiencia me dice que eso, a mi lectora de Punto de Inflexión, no le importa un poco.
Mi lectora no quiere que nadie le regale nada: entiende que buena parte de la gracia de esta vida está en perseguirlo por sí misma y un día decir:
«Sí. Viví la vida que quería vivir. Lo intenté con fuerza, con paciencia, con constancia, con ilusión. Me caí un millón de veces, me equivoqué terriblemente por momentos, pero ah, mira qué aspecto tiene ahora todo. ¿Ves? Esto lo he conseguido yo. Esta soy yo. Yo en toda mi esencia. Yo en todo mi ser».