Hace poco escuché una conversación en la mesa de al lado que decía:
«España es un país de funcionarios».
El tipo no lo decía con cariño: escupía «funcionarios» con desprecio.
Yo creo en el empleo público y no puedo estar de acuerdo con él, pero lo que es seguro es que España es un país «para funcionarios».
El que quiera emprender en este país lo tiene complicado: es un hecho.
La fiscalidad asfixia al talento, no se premia el esfuerzo creativo, sacar la cabeza es un reto continuado.
En estos años, he descubierto que emprendiendo una tiene dos tipos de estrategias:
La rápida y la lenta.
La rápida te permite ordeñar la vaca todo el rato, conseguir grandes picos de facturación y asegurarte de que siempre hay de aquí a mañana.
Substack me ha demostrado ser lo mejor que nunca he encontrado para lo contrario:
Una estrategia para el largo plazo.
Amasar una audiencia de miles de personas que quieran leerte, a las que beneficie tu trabajo es, de verdad, lo más parecido que se me ocurre a conseguir una plaza pública.
El formato membresía es un seguro de vida: «pase lo que pase» —obvio que eso va entre comillas— tus suscriptores pagan por tu trabajo mensualmente.
Primero serán decenas, después centenas y en algún momento, eso seguro, miles de personas.
Es un compromiso enorme porque tienes siempre que mantener calidad, consistencia, un mensaje importante, un tono que conecte: pero ese tipo de retos son los que más nos gustan a las personas creativas, así que eso lo hace aún más interesante.
En fin:
Mañana cierro las plazas de La Mentoría y después me voy de vacaciones.
Paso agosto entre la campiña británica y mi muy querido Londres y la verdad es que nada me haría más ilusión que ayudaros a montároslo así de bien antes de cerrar por vacaciones.
Todo podría empezar para ti a partir de septiembre.
Solo tienes que averiguar tu cómo.
Y por suerte, eso se me da a mí estupendamente bien.
Con amor,
MF