La Mentoría

Trabaja 90min en 1:1 conmigo

Las mujeres creativas están destinadas a renunciar a su pasión…

O a morirse del hambre.

¿Verdad?

Bueno, igual no.

Hoy en día, con estrategia, foco y paciencia, una puede…

  • Construir un emprendimiento financieramente estable

  • Tener flexibilidad creativa y disponer de su propio horario

  • Pasárselo bien

  • Conciliar, si hiciera falta

  • Trabajar un domingo por la noche y tumbarse en la playa un martes

  • Colaborar con otros creativos, compañeras, empleadas si te apetece… pero no tener jefes explotadores

  • Pasar el día rodeada de las personas con las que quieres estar el grosso de tu vida y no con compañeros que no has elegido y nada te aportan

  • Dejar de perder el tiempo en reuniones que no te importan ni un poco y dedicar la vida a escribir, a crear, a construir una comunidad que consuma lo que tú sabes hacer

  • Componerse, si así te lo pide el cuerpo, toda Una mansión propia

Por ser clara:

Estoy segura de que hay un millón de maneras de conseguir esto en tu vida y te diré que yo no las conozco todas.

Si tu ilusión es montar una start up y venderla por 3 millones de euros en Silicon Valley, I’m not your person.

Si quieres montar una multinacional más grande que Coca-Cola con 800.000 empleados repartidos por todo el mundo, I’m not your person.

Si quieres vender 4.5 millones de copias de tu libro en la industria tradicional y convertirte en la siguiente megabestseller, pues igual lo consigues e igual no.

Pero si quieres emprender desde una marca personal interesante, recogidita, creada a la medida exacta de tus puntos fuertes, sin grandes aspavientos, con un mensaje claro, sin necesidad de 77.000 seguidores entre lista de correo e Instagram y aún así encontrar el modo de hacer llegar tu trabajo a quien de verdad le interese…

Pues eso sí que lo sé.

Déjame empezar por lo obvio: 

No todo el mundo puede permitirse pensar en estas cosas.

Un montón indecente de gente se levanta todas las mañanas a las cinco, se destroza la espalda de sol a sol y se ofende, con mucha razón, si les hablas de pasión, de oficio creativo, de propósito, de misión, de poner en el mundo tu mensaje y de qué sé yo.

La verdad es que a mí tampoco me gusta ese lenguaje.

No llego a enterarme de qué significa.

Me gusta más «libertad financiera», «libertad creativa», «flexibilidad horaria», «hacer más de lo que me apetece», «montármelo por mi cuenta», «encontrar una audiencia que necesite mi mensaje», «contribuir a construir el mundo que yo quiero» y «no depender de nadie».

Ahí sí que empezamos a entendernos.

No creo que montártelo por tu cuenta y montártelo bien sea algo que pueda hacer todo el mundo.

Ni siquiera todo el mundo que realmente puede, quiero decir.

Hace falta primero poder —tener un ordenador que enchufe, saber leer y escribir, tener las necesidades básicas cubiertas—, luego hace falta querer, querer de verdad y no solo del tipo qué guay sería si… y después estar dispuesta a probar algo diferente.

Algo que es mucho más sencillo que implementar mil funnels, que invertir miles de euros en anuncios y que puede hacer, en eso hemos quedado, casi cualquiera.

No todo el mundo, pero sí bastante gente.

Y aquí la prueba, porque verás:

Yo no he sabido siempre esto que sé.

Si así hubiera sido, no haría diez años de cuando cobraba £6.15 poniendo cafés la hora en Londres.

De cuando me tenía que cruzar la ciudad a las 5 de la mañana en un autobús casi vacío.

De cuando vivía en un estudio en el que, si abría con fuerza la puerta del horno, podía llegar a manchar de salsa la almohada.

Todo esto de arriba es absolutamente cierto.

Incluida la anécdota del horno y la almohada.

Y es que, por aquel entonces, no sabía lo que ahora sé.

Ya empezaba a investigar, eso sí, y a apuntarme a formaciones, acudir a seminarios y a invertir lo poco que tenía en consultorías que a veces me ayudaban mucho y otras no tanto.

El tema es que ahora ya sé lo que sé.

Y desde que lo sé:

  • He escrito más de siete libros (ando ya en el octavo)

  • He creado una marca personal que es capaz de abarcar puntos tan diferentes como la psicología, el coaching, el emprendimiento, la literatura, el feminismo y la creatividad

  • He construido una voz única que mis lectoras y clientas identifican con facilidad

  • He colaborado en artículos con docenas de medios

  • He probado todos los formatos:

    • He publicado con editoriales tradicionales y he autopublicado

    • He publicado con grandes y pequeñas editoriales

    • He escrito una newsletter diaria durante más de tres años

    • He escrito ficción literaria, literatura comercial, no ficción

    • He sido traducida, llevada a audiolibro, reeditada…

    • Estamos trabajando en llevar la saga de Santaurora al camino audiovisual

    • He creado un Substack que se ha hecho bestseller en menos de dos años 

Y más:

  • He doblado los precios en cuatro ocasiones 

  • He llenado cada uno de mis programas

  • He disfrutado como una tonta dedicando la mayor parte del día a hacer lo que más me gusta (y lo que más veces en mi vida me habían dicho que no podía hacer)

  • He criado a mis hijos mientras trabajaba alrededor de sus horarios (de una manera un poco loca, tampoco te miento, pero siempre con ellos en casa)

  • He dado con una legión de clientas satisfechas, de alumnas agradecidas y de lectoras alineadas con el mensaje que más me importa en este mundo

  • He agradecido mil veces al día no tener que regalarle mi tiempo a nadie, a ningún jefe, a ningún estado, a ninguna compañía que me importa tanto como yo a ellos

  • He facturado en los tres primeros años más que en los diez años anteriores

Y lo más importante:

He tardado ocho años en cerrar un proyecto que me daba una vida estupenda y arriesgarlo todo por mi dedicarme en cuerpo y alma a lo que siempre quise: 

Crear

«María, ¿has perdido la cabeza?».

Esa voz estuvo en mi mente durante muchísimo tiempo porque, bueno, seamos claras:

Al fin y al cabo, no tenemos quince años. La mayoría, a esta edad, ya hemos asumido importantes compromisos: hijos, hipoteca, préstamos, una posición laboral relativamente segura.

Dejarlo todo da muchísimo miedo.

Pero da muchísimo menos miedo cuando tienes un plan y no saltas al vacío:

  • Cuando has hecho todas las consultorías del mundo con los mejores en su campo y han compartido contigo sus mejores secretos

  • Cuando has estudiado al dedillo los caminos que han seguido los que más saben

  • Cuando has escuchado cada pódcast, has hecho cada curso, te has apuntado a cada formación

  • Cuando has estudiado tus finanzas y has creado un plan realista, con suficiente margen para poder probar diferentes cosas

  • Cuando has entendido que los tiempos creativos son diferentes a los de otros ámbitos

  • Cuando has parado a conocer tus fortalezas, has creado con inteligencia tu marca, has trazado un plan para poner los cimientos de una idea escalable

Y si tú no has hecho todo lo de arriba, como sí lo he hecho yo, para eso me tienes a mí.

La Mentoría

Cuando cerré mi proyecto en 2023 lo hice para dedicarme a escribir en cuerpo y alma.

Para poder dedicarme a levantar mi proyecto de no ficción —Feminismo terapéuticoPunto de InflexiónAbundancia femenina—, para continuar construyendo mi universo de ficción —mi saga Santaurora—, y poder dedicar tiempo a perseguir traducciones, dar un paso atrás en todo y poder asentar las bases de una audiencia que crezca cada día.

En estos meses he rechazado contratos de grandes editoriales —la María de hace diez años aún me levanta una ceja por esto—, he dejado de participar en un montón de lugares en los que participaba antes, he parado mis programas de psicoeducación, de abandonado las consultorías de coaching.

Pero desde que monté Substack y comencé a compartir más sobre mi camino como Bestseller en la plataforma, que nos proporciona a las creativas la oportunidad de procurarnos una forma de vida a través de nuestro contenido, he recibido la misma pregunta una y otra vez:

«María, ¿haces mentorías para escritoras, para librepensadoras, para valientes, para mujeres con una gran idea, para emprendedoras en el oficio creativo?»

A todas os contesté lo mismo:

«Aún no, pero las haré».

¿Qué trabajamos en La Mentoría?

  • Tu Gran Idea, desde el entendimiento de que tu plan de acción nunca puede ser igual al de otra

  • El modo de asentar las bases de un proyecto escalable, paso por paso

  • Las claves imprescindibles que hacen que un proyecto funcione año tras año

  • Tu marca personal particular, con tus fortalezas, tus talentos y los puntos personales que te hacen absolutamente diferente al resto


¿Para quién es La Mentoría?

  • Emprendedoras creativas

  • Escritoras

  • Librepensadoras varias

  • Substackers que quieran levantar su proyecto en esta plataforma


¿Para quién no es?

  • Para mujeres tradicionales que esperan dar «el gran pelotazo» cuando «alguien las descubra»

  • Para creativas que aún piensan que todo depende de la suerte

  • Para personas aversas al riesgo y al trabajo duro

  • Para todas aquellas que no están dispuestas a probar nuevas ideas, abrir la mente a los nuevos formatos y explorar el nuevo mundo


¿Para qué punto del proceso sirve La Mentoría?

  • Para mujeres con proyecto ya montado, pero que aún no funciona como quisiera

  • Para mujeres con una idea del tipo «quiero vivir de escribir», pero poco entendimiento de cómo hacer de esto una realidad 


¿Qué vas a sacar de La Mentoría?

  • El método exacto que necesitas seguir para entender tu marca

  • Las bases sobre las que tendrás que construir tu proyecto creativo

  • Cómo dar con una voz singular y única, que te diferencie de la masa de creadores del mundo digital

  • El objetivo número uno que tienes que tener el mente desde que te levantas hasta que te acuestas y cómo asegurarte de que lo haces bien

  • Cómo posicionarse desde el principio delante del tipo de clienta/lectora que buscas, y cómo no dejarte distraer por lo demás

  • El motivo por el que no importa tu historial anterior con los negocios y las finanzas, sino lo que viene después

  • Cómo crear un producto diferente, escalable, creativo y que refleje tus valores, aquello que de verdad te importa en el mundo

  • Cómo afinar tu mentalidad de abundancia, creer en que, si otras han podido, tú también puedes, y encontrar el modo de mantener la mente inclinada hacia tus objetivos (incluso cuando lleguen las dificultades)

Preguntas frecuentes FAQs

¿En qué consiste La Mentoría?

La Mentoría consiste en una sesión 1:1 conmigo de 90 minutos, con un cuestionario anterior que necesitarás rellenar para que conozca tu idea antes de sentarnos juntas. 


¿Qué no incluye La Mentoría?

A través de este programa NO te enseño cómo montar tu propia web u otros aspectos técnicos para los que tendrás que acudir a otro tipo de profesionales (o llevarlos a cabo tú misma). Conmigo vas a aprender estrategia y mentalidad: un mapa de ruta exacto que te llevará de dónde estás a sacarle rentabilidad a tu idea.


¿Cuántas plazas hay?

Voy abriéndolas de tanto en tanto, porque mi foco está en la escritura, así que tengo un espacio de lista de espera.

Las lectoras de Punto de Inflexión tienen preferencia.


¿Y si necesito una segunda sesión?

No la vas a necesitar. Quiero decir, la idea es que salgas con todo hecho: de ahí que esto no sea un programa, ni un curso, ni ninguna historia: nos sentamos, hablamos, estudiamos bien tu caso, y tras eso te toca trabajar. Trabajar fuerte, no voy a mentirte: lo que vas a sacar de la sesión juntas es claridad. 

Por eso sé que no me vas a necesitar más, y en caso de que ese no fuera el caso por algún motivo que aún no podamos anticipar, pues hablamos.

Pero cuenta con que no: una sesión conmigo y te pones a trabajar.


¿Ofreces facilidades de pago? 

Sí. Puedes realizar el pago en dos cuotas, la primera en el momento de la reserva y la segunda antes de reservar tu sesión individual. Escríbenos a equipo@mariafornet.com para que te contemos cómo hacerlo. 


¿Cómo me aseguro de que este programa es lo que necesito?

No puedes asegurarte. Es imposible que lo sepas, esa es la verdad.

Si dudas, escríbeme a info@mariafornet.com y te contesto con absoluta honestidad. Si esto no es para ti, créeme que seré la primera en decírtelo. Esa es la primera regla de un proyecto exitoso: nunca coger clientas a las que no puedes ayudar.


¿Es una buena inversión?

Si prefieres seguir haciendo algo que igual no te funciona y complicándote un montón la vida con todo esto, pues no.

Si prefieres seguir mirando los proyectos de las otras desde tu terrible oficina, soñando con dejarlo todo algún día y llorando… (vale, nos entendemos, no hace falta apretar más).

Pero si quieres dar rienda suelta a tu creatividad, aprovechar este nuevo mundo digital, aprender a ganar dinero de aquí a que cierren internet y crear un proyecto que crezca cada año, pues entonces sí.

Es el precio más bajo que he sacado nunca, de modo que de aquí no baja nunca. Todo lo que puede hacer es subir y que tú pienses: 

«Pues tenía que haber entrado la primera vez que las sacó María».

En fin, paro aquí.

Tu turno ahora.